sábado, 24 de marzo de 2012

Ayuno

El ayuno es una practica que consiste en dejar de comer voluntariamente para mejorar el estado de salud o prevenir la aparición de enfermedades.
En la sociedad actual muchas personas ayunan para perder peso. Efectivamente, el ayuno es un buen recurso para eliminar el exceso de grasa y evitar o curar la obesidad. La practica del ayuno se concibe como un recurso para mejorar la salud global del organismo y hacerlo mas resistente a enfermedades.
Durante el ayuno se adelgaza, al principio, un promedio de un kilo diario, en la segunda semana esta perdida de peso es menor, un promedio de un kilo y medio por día, y menos aun a partir de la tercera semana

Existen dos tipos de ayuno

Ayuno total: consiste en dejar de tomar alimentos excepto agua o tisanas. Es la forma de ayuno que recomiendan los dietistas mas estrictos y tal como se entiende en el ayuno en su sentido filosófico y tradicional. Este tipo de ayuno, a su vez, puede ser:

-Breve: cuando no se superan los tres días de duración. El ayuno de un día a la semana es el tipo de ayuno mas utilizado por la población en general. Los dietistas recomiendan realizar un ayuno de tres dias una ves cada estación del año.

-Largo: cuando supera los tres días de depuración. En enfermedades crónicas los especialistas recomiendan ayunos controlados de 15 o 30 días. Existen ayunos menos exigentes de una semana 

Ayuno parcial: Es aquel que se ingieren algunos alimentos determinados. Son las llamadas dietas parciales en las que intervienen algunos alimentos concretos (zumos, caldos de verduras, etc.) Muchos dietistas actuales prefieren optar por este tipo de ayunos a recetar el ayuno parcial que, aunque resulten bastantes depurativos y ayuden al organismo a mineralizarse y vitaminarse, no resultan tan efectivos como los ayunos totales porque el organismo no alcanza el estado de cetosis necesario para una depuración. Poco a poco pueden añadirse papas, nueces, pan integral, germen de trigo, etc. Hasta llegar progresivamente a la dieta habitual

Guía para el régimen alimentario durante el ayuno

Durante el periodo previo al ayuno se comen tres veces al día unos 150 g de frutas frescas o verduras aderezadas con aceite y zumo de limón. Durante el ayuno completo solo pueden beberse zumos de fruta o infusiones de hierbas que, a causa de su contenido en sales minerales, facilitan la eliminación de los productos metabolicos ácidos. No es aconsejable beber te o café y bajo ningun concepto se debe fumar o beber alcohol. Puede y debe beberse agua mineral, no gaseosa, en cantidad suficiente para saciar la sed. Después del ayuno completo deben intercalarse unos días de dietas de frutas, indigerida preferentemente en dos tomas, de mañana y tarde.

¿Qué se nota con el ayuno? 
  • El sudor y el aliento suelen oler mal ya que se eliminan las sustancias tóxicas del cuerpo.
  • El pelo y las uñas pueden volverse frágiles temporalmente.
  • La lengua toma color blancuzco y escamoso, por lo que se debe limpiar bien la boca varias veces al día.
  • La presión arterial desciende, por lo que es necesario controlarla diariamente y evitar los esfuerzos.
  • Se pierde peso, que no debe exceder de 350 a 450 gramos al día.
  • Puede producirse insomnio, y si es así se puede combatir con paseos tranquilos antes de dormir, baño templado de pies, infusiones, acupuntura, escribir, etc.
  • El apetito disminuye o desaparece.
  • Las heces son escasas y muy blandas, casi líquidas, de color oscuro, y se orina más. Si se produce estreñimiento suele tomarse cloruro de magnesio.
Puede producirse un edema generalizado si el organismo gasta todas sus reservas, y en ese caso se interrumpe el ayuno de forma progresiva.

¿Para qué se utiliza?
  • Enfermedades crónicas y trastornos metabólicos de origen alimentario o relacionados con el aparato locomotor.
  • obesidad.
  • Problemas hepáticos.
  • Ciertos trastornos circulatorios.
  • Dolores de cabeza.
  • Riesgo de infarto.
  • Reumatismo (artrosis, espondiloartrosis, osteocondrosis).
  • Alergias de la piel (eccemas, soriasis) y de las mucosas.
  • Traumatismos.
¿Quiénes no deben utilizarlo?
  • Los desnutridos y anémicos.
  • Los diabéticos.
  • Las personas con enfermedades de tipo psicológico o nervioso (epilépticos, depresivos, etc).





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